Nuestra democracia local
actual se caracteriza por que están contendiendo “partidos políticos” vs “clanes
políticos”. Para Angelo Panebianco la tipología de un partido político tiene tres ejes: “1) su base social, 2) su
orientación ideológica y 3) su
estructura organizativa[1]; asimismo en el “Modulo de Formación Política”[2] se
subraya el libro llamado “Origen y
Desarrollo de los Partidos Políticos” de Joseph LaPalombara y Myron
Weiner: “los partidos políticos son organizaciones duraderas, cuya esperanza de vida
es superior a la de sus dirigentes, su carácter es local, estable y
aparentemente duradera, dotada de relaciones regulares y diversificadas con el
nivel nacional”.
Los clanes políticos
conceptualmente no tienen nada que ver con partidos políticos, nos
estamos refiriendo a monarquías informales que en base a su dinero congregan a
sus socios, sobones, asalariados, amigos, hijos, hermanos, primos y toda su
descendencia. Quien se atreva a pedirle cuentas a dicho presidente será
despedido de su trabajo o no recibirá la prebenda porque al dueño del partido y
a su familia nadie le pide cuentas ni se les critica.

Y una de las formas de hacer
política, de estos clanes, es utilizar millonarios fondos para regalar
artefactos, alimentos, otorgar medias becas universitarias mientras dure la
campaña electoral; controlar con publicidad algunos medios de comunicación y
comunicadores para tildar a sus oponentes políticos de corruptos – al puro
estilo chavista – o para levantar “cortinas de humo” para esconder los escándalos
como el de los denuncios mineros, el robo del agua, la venta de tierras, nepotismo etc.; y
pretender mentirnos a través de sus asalariados y pregoneros sosteniendo que su
gestión es de concertación sin corrupción, y de esa manera intentan encubrir la
mediocre y manchada gestión. El Clan Acuña Peralta ha logrado hacer del
clientelaje, la corrupción y el transfuguismo político e ideológico sus
herramientas de campaña, convirtiéndose
en un poder fáctico, oligárquico y corrompido.
Mientras que los partidos de
raigambre democrática y popular designan sus candidatos mediante procesos
electorales democráticos con debate de ideas y propuestas, convocando a sus
técnicos, profesionales, líderes sociales, mujeres y hombres que puedan sumarse
en el esfuerzo colectivo de construir alternativas para levantar nuestro
querido Lambayeque y sus provincias. Visitando calles y mercados llevando el
mensaje soberano al pueblo que reclama obras trascendentes, políticas públicas
en salud, educación, empleo, juventud y mujer, inversión, medio ambiente, etc.
y cárcel para aquellos ladrones que roban y han robado los dineros públicos y
la infraestructura del estado.
Nuestra ciudadanía debe
comprender que nunca más debemos equivocarnos con la elección de candidatos
cuyos orígenes no responden a una verdadera vocación democrática y popular, la
actual competencia electoral es entre Partidos Políticos y Clanes Políticos. Estamos
en el preciso momento de impulsar la designación de autoridades de origen
popular con formación profesional y política que estén a la altura de nuestras
necesidades.
Julio
Paz Gaviño
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